El jefe de una agencia de publicidad de Manhattan, John Holiday, le confía a Lauren la presentación del gran cliente antes de las vacaciones, pero solo termina molestándola cuando se asoció con un consultor europeo. Para sorpresa de Lauren, este consultor resulta ser el apuesto Príncipe Eduardo de Candashire, disfrazado de su amigo consultor para escapar de sus deberes reales para una Navidad americana de incógnito.