Bobby Griffith (Ryan Kelley), un chico adolescente gay, se suicida a causa de la intolerancia religiosa de su madre (Sigourney Weaver), una devota cristiana. Después de este trágico hecho, su madre se replanteará su escala de valores y su posición ante la homosexualidad... Basada en un suceso real ocurrido en los años setenta detallado en el libro homónimo de Leroy Aarons.