Con un bote lleno de esperma en el bolsillo y camino de la clínica donde le espera su mujer para hacer una in vitro, Santi -crítico culinario en plena crisis de los 40- choca en vespa con un vehículo cuya conductora se da a la fuga. Buscando ayuda, queda atrapado en el restaurante Toscana donde, a punta de escopeta, un excocinero reclama el finiquito a su propietario.