La vida de Amaia es, resumida en sus palabras, una mierda. De la noche a la mañana tiene que decir adiós a su vida en Barcelona, donde tiene a todos sus amigos y su día a día establecido, para ir a vivir al pueblo de su madre donde NUNCA ocurre nada. Sin embargo, pronto descubrirá un detalle que puede darle un giro a su vida… que, tal vez, ha heredado los poderes de su abuela: una mujer a la que no llegó a conocer, pero con fama de ser la única bruja que ha existido en el pueblo de Salavarría.